sábado, 24 de octubre de 2015

Versión 1.0. Primer intento fallido.

La versión 1.0 es la más sencilla que se nos ha ocurrido.

Con el mando a distancia de un coche teledirigido y la pequeña placa receptora que va en el coche intentaremos manejar nuestro BB-8.

Lo complicado es que tenemos que afrontar toda la parte mecánica del robot.


Dentro de la bola de plástico que formará el cuerpo del BB-8 irá el verdadero robot que se comportará como un "tentempié", ya que deberá tener su centro de masas muy bajo, y de esta forma conseguirá hacer girar la bola y seguir vertical.

La cabeza perseguirá al robot ignorando el giro de la bola gracias a dos potentes imanes, uno en la propia cabeza y otro en el robot dentro de la bola-cuerpo. De esta forma a pesar de que la bola gire la cabeza se mantendrá siempre en la parte superior.

Lo primero que teníamos claro es que hacen falta dos motores, uno para generar movimiento en cada eje.

A pesar de contar con algún motor, decidimos comprarlos, ya que vemos necesario cambiar velocidad de giro por fuerza, así que necesitamos motores con reducciones. Compramos estos:

Son lo suficientemente potentes y tienen unas reducciones de los hacen girar a 50 vueltas por minuto, velocidad que nos parece la adecuada. Sobre un pequeño trozo de madera (sobrante de un suelo de tarima estratificada en nuestro caso) disponemos los motores cada uno dispuesto en un eje:


Para que las ruedas giren bien la recubrimos de una capa de goma EVA y de neumático recortado de unas ruedas que teníamos por casa de algún coche de juguete.



Para completar el movimiento de cada uno de los ejes añadimos una rueda más de giro libre, sin motor. En la parte superior añadimos un pequeño mástil de madera y fijamos uno de los imanes de molibdeno (35mm de diámetro y 6 de ancho).

Conseguimos 3 baterías de destornilladores eléctricos que tenía por casa y los ponemos en serie. Cada uno es de 3V, por lo que conseguiremos 9 voltios. Los motores admiten hasta 12 cada uno. Los conectamos a los motores con una pequeña placa para montajes. El conjunto ahora queda así:





Añadimos un contrapeso en la parte inferior para bajar lo máximo el centro de gravedad, y otro más a uno de los lados para equilibrar.

Parecía que teníamos el robot, pero las pruebas resultaban desastrosas:

  1. Cuando hacemos girar uno de los motores, las otras dos ruedas se oponen a su movimiento, con un rozamiento muy alto.
  2. El peso del robot hace que las dos semiesferas de la bola del cuerpo se abran constantemente. Se intenta arreglar poniendo velcro por dentro, pero ahora cuesta muchísimo cerrar la bola y además el robot no puede girar libremente porque pega en el velcro. 
El robot con este diseño es inmanejable y no cumple con los mínimos que buscábamos.

Desechamos este primer diseño interior y decidimos cambiarlo todo. Vamos a conseguir un segundo globo terráqueo más grande del que disponemos, y usaremos el actual como cabeza del robot.

De esta forma dispondremos de más espacio interior para trabajar y dispondremos las ruedas motorizadas de otra forma...

Hasta aquí el primer intento de la versión 1.0 de nuestro BB-8 casero , - )