Enamorados del nuevo robot, comenzamos a maquinar cómo podríamos hacernos uno con materiales que estuvieran a nuestro alcance:
El globo terráqueo nos permitía conseguir de una forma fácil y accesible el cuerpo plástico perfectamente redondo que necesitábamos si de verdad íbamos a intentarlo.
Dentro de la bola cuerpo principal iría el autentico robot que debía, por contrapeso, hacer que la bola se desplazara. La cabeza ha de estar sujeta magnéticamente al robot dentro de la esfera, de tal forma que aunque esta girase la cabeza permanecería sobre la parte superior de esta.
La ilusión ponía en marcha este proyecto que nos absorbió muy fuertemente. Constantemente estamos pensando cómo poder hacerlo y diferentes versiones y mejoras ¡lo pasamos muy bien!!!
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